Todo se empezó a desteñir de a poco, pero ese día en el metro sentí que podía resultar. ¿Te acuerdas? ese día jueves que nos juntamos en Bellas Artes, que nos recorrimos el Fore y llegamos a Baquedano, que me pediste que te acompañará y en la puerta de tu casa me pediste que no me fuera. Y llegue tarde a mi casa y quedo la pelotera. Ese día, cuando nos bajamos en Tobalaba, me tomaste la mano y me sentí igual que ese día en que me pediste que intentaramos tener algo, y me tomaste la mano para ir a salsa... me invadió esa seguridad, esa sensación de que todo iba a estar bien. Por eso hoy, cuando me bajé del metro estiré la mano hacía atrás, y me costo mucho no darme vuelta, y no sentir que me iba a bajar contigo ni que nos ibamos a ir juntos a tomar tecito con tu mamá o a ver tele en mi sillón, me fuí a chucha. Y creo que me quedaré allí un buen tiempo. No era lo mismo, no todo va a estar bien.
¿Y si tengo miedo?
Las mariposas siempre vamos cambiando, ya sea porque nos echan o porque es necesario. Por un poco de ambas, empezamos de nuevo. Porque siempre habrá quien se parta en dos en cada despedida...
sábado, 26 de mayo de 2007
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1 comentario:
El mundo es de los audaces dice mi abuelo
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